Te ofrezco la eucaristía de hoy desde la Comunidad Marianista SMP. En ella hemos escuchado el relato que nos sumerge en la vida de aquellos que comenzaron a vivir el don de ser comunidad con la fuerza, la alegría y la paz del Resucitado. Son palabras que no requieren comentario y que nos impulsan también a nosotros en este AYUDA COVID19 que ayer pusimos en marcha y la que ya muchos estáis respondiendo con generosidad. ¡Que la Palabra de Dios nos urja hoy accionar a la resurrección!:
«El grupo de los creyentes tenía un solo corazón y una sola alma: nadie llamaba suyo propio nada de lo que tenía, pues lo poseían todo en común. Los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús con mucho valor. Y se los miraba con mucho agrado. Entre ellos no había necesitados, pues los que poseían tierras o casas las vendían, traían el dinero de lo vendido y lo ponían a los pies de los apóstoles; luego se distribuía a cada uno según lo necesitaba.» (Hechos de los Apóstoles 4,32-37)
A nosotros nos toca vivir con la misma intensidad nuestra fe, en amor operante, para que el mundo crea.
No te olvides, necesitamos alimentos y fondos para, de la mano de nuestros hermanos de la Comunidad de Sant’Egidio, salir al paso de la necesidad de alimentos y productos básicos de higiene de las personas y familias en situación de mayor vulnerabilidad.
Un abrazo y buenos días, queridos amigos y amigas.