Parroquia Santa María del Pilar Marianistas

La vida de nuestra comunidad cristiana en la red


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Celebra en casa con los niños el 5º Domingo de Cuaresma al estilo de los Encuentros con Jesús. Material a tu disposición.

Queridas familias:

En estos días en los que los niños nos están dando una auténtica lección de vida, os animamos a que también os acerquéis a su forma de sentir, de entender, de vivir con sus ojos de fe.

Sólo el que sea como un niño, podrá entrar en el Reino de los Cielos Mt.18:3

Y qué certero se nos hace este versículo cuando vemos a nuestros hijos jugando tranquilos tantas veces a los mismos juegos, cuando buscan nuestro cariño al vernos apenados, cuando se alegran por unos macarrones con tomate o cuando aplauden fervientemente al llegar las 20.00 de la tarde…

Animaos, seguir animándoles, dedicad un momento para buscar el apoyo y la fuerza de quien más nos ama y encontraos con Él.

Juntos, en familia, unidos en la oración, os proponemos el Evangelio del próximo domingo.

¡Que Dios os bendiga!

V DOMINGO DE CUARESMA familias 2020

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Con Francisco al timón de la barca decimos juntos en la misa de hoy:»Señor, Dios mio, a ti nos acogemos, líbranos y sálvanos» Misa del sábado de la cuarta semana de Cuaresma

Sábado. Sol radiante. Silencio ensordecedor sobre Madrid al igual que en el lugar donde te encuentras. Estamos tan solo a una semana de vivir la pasión de Jesús. Y no podemos perder el ritmo; no podemos achantarnos; no es permisible perder un instante en controversias vanas como aquella que nos relata hoy Juan en el Evangelio sobre la identidad del Galileo.

Todavía tengo en el corazón esa imagen sorprendente del Papa Francisco caminando solitario por la plaza de San Pedro bajo un cielo triste y gris, derramándose sobre Roma y el mundo, como llanto por la humanidad sufriente. La imagen del Papa en el timón de una barca a cuyas cuadernas golpean la olas en medio de la tempestad que atravesamos. La mirada del Pescador sobre la mujer, Salud del pueblo de Roma; los ojos elevados hacia el rostro del Crucificado al que desde el siglo XVI, se vuelven los habitantes de la Ciudad Eterna en los momentos más angustiosos. Imagino a Francisco, tocado por la lluvia y bañado por el dolor de los hijos e hijas de Dios, dirigirse al Señor con las palabras del salmista que hoy hemos proclamado en la eucaristía: «Señor, Dios mio, a ti me acojo, líbrame y sálvame». Señor, Dios mio, a ti nos acogemos, líbranos y sálvanos.

Pues recemos, oremos juntos, queridos amigos y amigas, sintiéndonos en la misma barca, remando con todas la fuerzas, sin discusiones ni divisiones estúpidas, poniendo lo mejor que tiene cada uno. Si la tempestad es fuerte, mayor el coraje de la tripulación. Un abrazo, mucho ánimo; navegamos buscando puerto seguro y lo alcanzaremos. Tras la sombra y la oscuridad de la cruz se adivina la luz de la Pascua. Ese es nuestro destino.

Pincha aquí para ver la misa

Papa-Francisco-ante-Cristo