Buenos días, familia. Hoy es un día especial. Celebramos a San José, el esposo de María. Es una fiesta muy querida para los marianistas. El cuidó de la mujer elegida, llamada, convocada al SÍ. La mujer que fue toda disponibilidad al plan de Dios que quería hacerse un hombre en todo igual a nosotros. Un Dios que quiso pedir permiso y abrirse paso en la historia desde el vientre de una chiquilla humilde de Nazaret y crecer en una familia de gente sencilla, como la de José el Carpintero. Como José queremos cuidar de María, asistirla en su misión de traer a Jesús al mundo. Esta es nuestra vocación como marianistas. Y pensaba yo: ¡qué bien nos vienes José! Tú, actor de reparto, nunca protagonista, siempre presente, sin discurso conocido más que por la palabra elocuente de la acción, para ser nuestro patrón en estos días: el patrón del cuidado, de la atención, de la compañía, de la disponibilidad, de la capacidad de acoger el plan menos esperado y que pone bocabajo la vida. Tú, siempre a la vera de María, sosteniendo, trabajando, desviviéndote como esposo y padre. Mira José, danos fuerza en estos días para que no dejemos de cuidar los unos de los otros en estas semanas difíciles que tenemos por delante y que como tantos hombres y mujeres buenos, anónimos, sencillo, tantos voluntarios, tanta gente de nuestro pueblo lo hagamos con humildad y con una enorme confianza en el Dios que te habló en sueños y que a nosotros nos habla en estos días con una fuerza inusitada en la realidad que nos toca vivir. Un abrazo desde la Comunidad Marianista y muchas felicidades sobre todos para los papas. Disfrutad de vuestro hijos ahora que hay más tiempo para estar con ellos en casa.
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