Os ofrezco la misa de este sábado, día 2 de mayo, fiesta en esta Comunidad de Madrid, especialmente vapuleada en estas semanas de pandemia, pero también más consciente de que necesitamos formar una red, regenerar el tejido asociativo, potenciar los vínculos entre personas, grupos, equipos; hacer nudos de cooperación y solidaridad, para reconstruir y, sobre todo, levantar a nuestros conciudadanos más heridos, golpeados y debilitados, no solo por la falta de salud, sino ante todo por la vulnerabilidad social que deja a muchos en grave precariedad.
Hoy los Hechos de los Apóstoles, nos muestran a los compañeros de Jesús, que tras la resurrección siguen multiplican los signos de vida del Señor, sanando de la enfermedad, y levantando de la muerte. Vivían sumergidos en la Pascua. La gente acudía a ellos porque sabían que sus hechos y palabras, no eran hijos de la queja, la tristura o la indiferencia sino de la fuerza del amor y de la fe que nacían de su encuentro con Jesús Resucitado.
Sigamos también nosotros abriendo ventanas a la vida, construyendo redes y vinculando a las personas. La pascua nos hace a los cristianos inocular en la ciudad el virus de la comunión. Dos de mayo. Hagamos comunidad más allá de los templos, en donde la vida empieza a desperezarse. Un abrazo.