Ayer jueves, a las 20.30h y casi por sorpresa fallecía en nuestra comunidad SANTOS ANGULO NEILA. Tenía 84 años y durante 66 años vivió al servicio de la Santísima Virgen en la Compañía de María. Durante todo el día de hoy, estará abierta la capilla ardiente en el oratorio de la comunidad de Santa María del Pilar. Mañana sábado celebraremos la misa de corpore in sepulto en nuestra parroquia a las 12h. A todos los que formáis parte de nuestra comunidad de fe os rogamos vuestra oración por él, por su familia y por la Compañía de María, para que el Señor siga llamando a personas buenas y generosas como Santos para colaborar con María en su misión de traer a Jesús al mundo en la vida religiosa marianista.
Os dejo una líneas escritas desde el corazón en esta mañana pensando en él.
Querido Santos Angulo, hermano y amigo querido: te has ido en silencio, sin molestar, casi sin ser un enfermo porque tú has mantenido tu tipo elegante y tu talante de deportista hasta el final. Ayer por la mañana no te levantaste a rezar porque sentías un poco de fiebre, un catarrillo. Pero al final del día, cuando Enrique volvió a verte entre bromas, ya te habías marchado. No damos crédito a que ya no estés con nosotros. A pesar de tus 84 años y tus caderas gastadas, mantenías el tipo con mucho garbo y en la comunidad eran imprescindibles tu humor, tu guasa, tus risas, esas que dejaban traslucir el aire del sur en donde pasaste tus primeros años como marianista y que te gustaba recordar con tanto cariño. Tu eras de Hermosilla, de la Bureba burgalesa, pero siempre que hablabas de tus aventuras en Cádiz y Jerez los ojos te brillaban y me hacías un guiño que al gaditano que soy le llenaba de emoción. Te gustaba brindar y festejar, saludar a todos, compartir ratos en los campos de deporte del colegio, animando a chavales y entrenadores, conversando con unos y otros y recordando tus tiempos de animación de los equipos y el deporte en tu querido colegio del Pilar de Castelló. Allí, en el Barrio de Salamanca, tenías tu corazón. Como me decías, en este barrio me conocen hasta los perros.
Aunque nuestras vidas se cruzaron cuando yo empezaba la vida marianista hace más de veinticinco años, estos últimos siete los hemos compartido en esta querida comunidad de Santa María. Tu has sido un incondicional. En la parroquia tu servicio discreto y callado, ha sido para mi, apoyo, compañía, alegría, la certeza de que la misión la hacemos entre todos.
¿Sabes? Te voy a echar mucho de menos y en la comunidad nos has dejado huérfanos de tus bromas, tu humor,… Los partidos en la tele viendo al Real Madrid ya no serán lo mismo.
Estoy seguro de que paseas ya a la vera del Señor y de María, a quienes consagraste tu vida como marianista. Pórtate bien y ve preparando la fiesta, la mesa, el banquete, para cuando vayamos llegando. Te queremos mucho, Santos. Sonríenos desde el cielo de este Madrid que tanto te gustaba y por el que tanto paseaste en estos años de júbilo.