Parroquia Santa María del Pilar Marianistas

La vida de nuestra comunidad cristiana en la red


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Agenda de la semana y Hoja del Domingo IV del Tiempo Ordinario

AGENDA

  1. El jueves, a las 20.45h, Oración mensual de Taizé en el Oratorio.
  2. El viernes, a las 20h, Vigilia de Oración “Juntos contra la TRATA”. Comisión Episcopal de Migraciones.
  3. El sábado, a las 18:30h, Eucaristía del DÉCIMO aniversario del Grupo de fe SENDA en SMP.
  4. El próximo fin de semana, segundo del mes, operación KILOLITRO. Al venir de casa a la parroquia con tu kilo, piensa que estás haciendo real la alegría del evangelio para personas concretas.
  5. El domingo, la habitual eucaristía televisada por RTVE a las 10:30h tendrá lugar en nuestra iglesia coincidiendo con la LX Campaña contra el hambre de MANOS UNIDAS, presidida por el Cardenal arzobispo de Madrid D. Carlos Osoro. Se suprime la eucaristía de 11.30h.

DOMINGO IV DEL TIEMPO ORDINARIO

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Lecturas del Domingo IV del Tiempo Ordinario

PRIMERA LECTURA 

Lectura del libro de Jeremías: te constituí profeta de las naciones.

En los días de Josías, el Señor me dirigió la palabra: «Antes de formarte en el vientre, te elegí; antes de que salieras del seno materno, te consagré: te constituí profeta de las naciones. Tú cíñete los lomos: prepárate para decirles todo lo que yo te mande. No les tengas miedo, o seré yo quien te intimide. Desde ahora te convierto en plaza fuerte, en columna de hierro y muralla de bronce, frente a todo el país: frente a los reyes y príncipes de Judá, frente a los sacerdotes y al pueblo de la tierra. Lucharán contra ti, pero no te podrán, porque yo estoy contigo para librarte – oráculo del Señor -».

SALMO RESPONSORIAL

Mi boca contará tu salvación, Señor.

A ti, Señor, me acojo: no quede yo derrotado

para siempre; tú que eres justo,

líbrame y ponme a salvo,

inclina a mí tu oído, y sálvame.

Mi boca contará tu salvación, Señor.

Sé tú mi roca de refugio, el alcázar donde me salve,

porque mi peña y mi alcázar eres tú,

Dios mío, líbrame de la mano perversa.

Mi boca contará tu salvación, Señor.

Porque tú, Señor, fuiste mi esperanza

y mi confianza, Señor, desde mi juventud.

En el vientre materno ya me apoyaba en ti,

en el seno tú me sostenías.

Mi boca contará tu salvación, Señor.

Mi boca contará tu justicia, y todo el día tu salvación,

Dios mío, me instruiste desde mi juventud,

y hasta hoy relato tus maravillas.

Mi boca contará tu salvación, Señor. 

 

SEGUNDA LECTURA 

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios: quedan la fe, la esperanza, el amor. Lo más grande es el amor.

Hermanos: el amor es paciente, es benigno; el amor no tiene envidia, no presume, no se engríe; no es indecoroso ni egoísta; no se irrita; no lleva cuentas del mal; no se alegra de la injusticia, sino que goza con la verdad. Todo lo excusa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor no pasa nunca. Las profecías, por el contrario, se acabarán; las lenguas cesarán; el conocimiento se acabará. Porque conocemos imperfectamente e imperfectamente profetizamos; más, cuando venga lo perfecto, lo imperfecto se acabará. Cuando yo era niño, hablaba como un niño, sentía como un niño, razonaba como un niño. Cuando me hice un hombre acabé con las cosas de niño. Ahora vemos como en un espejo, confusamente; entonces veremos cara a cara. Mi conocer es ahora limitado; entonces conoceré como he sido conocido por Dios. En una palabra: quedan estas tres: la fe, la esperanza y el amor. La más grande es el amor.

 

Aleluya, aleluya, aleluya

El Señor me ha enviado

a evangelizar a los pobres,

a proclamar a los cautivos la libertad.

Aleluya, aleluya, aleluya

 

EVANGELIO 

Lectura del santo Evangelio según san Lucas: Jesús, como Elías y Elíseo, no sólo es enviado a los judíos.

En aquel tiempo, Jesús comenzó a decir en la sinagoga: «Hoy se ha cumplido esta Escritura que acabáis de oír» Y todos le expresaban su aprobación y se admiraban de las palabras de gracia que salían de su boca. Y decían: «¿No es éste el hijo de José?» Pero Jesús les dijo: «Sin duda me diréis aquel refrán: “Médico, cúrate a ti mismo”; haz también aquí, en tu pueblo, lo que hemos oído que has hecho en Cafarnaún» Y añadió: «En verdad os digo que ningún profeta es aceptado en su pueblo. Puedo aseguraros que en Israel había muchas viudas en los días de Elías, cuando estuvo cerrado el cielo tres años y seis meses y hubo una gran hambre en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías sino a una viuda de Sarepta, en el territorio de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo, sin embargo, ninguno de ellos fue curado sino Naamán, el sirio». Al oír esto, todos en la sinagoga se pusieron furiosos y, levantándose, lo echaron fuera del pueblo y lo llevaron hasta un precipicio del monte sobre el que estaba edificado su pueblo, con intención de despeñarlo. Pero Jesús se abrió paso entre ellos y se seguía su camino.

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