Tras la primera sesión de ayer, en que la meditación de Ignacio Osorio nos ayudo a reconocer que la herida forma parte de nuestra condición humana y que Cristo, el Crucificado es nuestro médico de cabecera, nos adentramos hoy en el silencio, como elemento fundamental en el redescubrimiento interior y el encuentro con Dios en el camino cuaresmal.
Te esperamos a las 19h en la Sala Domingo Lázaro. Una hora de luz para dejarnos tocar el corazón y exponernos a la mirada de Dios que quiere derramar sobre nosotros la gracia sanadora de su misericordia.