Octava de pascua. Ocho días que prolongan la alegría de la noche más hermosa; del domingo de resurrección que llena de gozo nuestras vidas. Jesús vence a la muerte. La luz espanta nuestras tinieblas. Caminamos hacia nuestras Galileas cotidianas, la de nuestro trabajo, nuestra familia, nuestras rutinas, porque en ellas, el Nazareno se nos muestra dispuesto a renovar la fe y la esperanza en nuestros corazones.
Os dejamos algunas imágenes de estos días vivivos en nuestra comunidad de fe. Gracias a cuantos habéis ayudado a preparar las celebraciones de los días centrales del misterio de nuestra fe.