Homilía 2º domingo de cuaresma ciclo C.
Os invito a cada uno a pensar: ¿qué significa para mí la transfiguración de Jesús?
¿Por qué este acontecimiento tan importante en su vida y sobre todo que lo leamos en plena Cuaresma…¿qué significa? Os invito a que cuando queráis y podáis lo penséis.
Yo os ofrezco mi reflexión personal.
La transfiguración de Jesús me lleva a pensar
1º. En el hombre creado por Dios. En el hombre tal y como vive hoy. Y me hago una pregunta. El hombre…nosotros ¿vivimos? O simplemente ¿estamos…pasamos el tiempo? Si miramos las condiciones de vida del hombre actual…¿son de admirar? ¿merecen la pena? Y que conste que esas condiciones las marcamos nosotros directa o indirectamente. Hay personas que envidian, de forma sana, a quienes pueden vivir sin el estrés, sin las prisas con las que vivimos el común de los mortales.
Creo que el hombre, todo hombre sobre la tierra debería vivir transfigurado. ¿Qué significa esto? Pues que deberíamos poder VIVIR en paz, en armonía, con las necesidades cubiertas, pudiendo disfrutar del tiempo, de la vida, de la familia,…esto es lo que yo llamo “vivir transfigurado”. Me diréis que esto es algo utópico. Pero creo que esto sería vivir de verdad y vivir en plenitud.
El hombre transfigurado es aquel que irradia VIDA, paz, alegría, que es testigo de estas realidades…pero, también es aquel que es capaz con estas vivencias y actitudes de denunciar lo negativo que hay en el mundo causado por nosotros: guerras, injusticias, hambre, desastres.. Pensad. Cuando vemos estas tremendas imágenes en TV ¿vemos ahí al hombre transfigurado? No. Vemos al hombre que sufre por culpa del hombre.
La transfiguración de Jesús me lleva a pensar
2º en Jesús. Decimos, creemos que Jesús es la plenitud del amor de Dios, es la plenitud de la vida, es el Hijo que confía en el Padre. El vivió plenamente y pudo decir “yo soy la vida”. Su palabra y sus hechos están dirigidos a crear, a fomentar, a hacer llegar a los hombres lo que él fue. Y la mejor manera de hacernos llegar todo lo que él fue, aparte de la resurrección, fue este momento tan especial de la transfiguración. Con este momento nos está diciendo que podemos recuperar la identidad perdida. Esa identidad la perdemos cuando hacemos daño a otros. Jesús pasó haciendo el bien para que quienes habían perdido ante los demás su identidad, la pudiesen recuperar. La recuperación de la identidad perdida es la transfiguración.
San Juan nos dice en su primera carta: “aún no se ha manifestado lo que seremos, porque cuando se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual es” 1Jn 3,2. La transfiguración de Jesús es la manifestación de la gloria de Dios. Es el anticipo de la resurrección de Jesús. La transfiguración de Jesús es el adelanto de lo que nosotros seremos cuando se manifieste y seamos capaces de VIVIR haciendo el bien, de dar PAZ, de vivir en armonía y sobre todo de confiar en el Padre, para escuchar también de El a cada uno de nosotros: Tú eres mi Hijo”.
La transfiguración de Jesús es para mí la aspiración a vivir y a vivir en plenitud que Dios pone también a nuestro alcance…si es que nosotros queremos llegar a vivir transfigurados.